jueves, 29 de agosto de 2013

Matar y morir por la misma sonrisa

Llega un momento en la vida de las personas en el que todo cambia, y si tú aún no has pasado por ese momento tranquilo, vendrá. A veces lo hace de forma material, disfrazado de trabajo, salud, o simplemente llega alguien que cambia tu vida para siempre (y lo de simplemente es sólo una ingenua forma de matizar). Y cuando digo siempre es siempre, no por unos días o unos meses y luego vuelve a llegar otra persona y te vuelve a cambiar y así repetidas veces... no es ese tipo de cambio al que yo me refiero, ni tampoco a ese siempre. Un siempre de los de verdad, de los de toda la vida. Esos que crean  historias interminables y no esconden ningún nunca o, bueno, alguno sí 'Contigo siempre lo que con nadie nunca'... Vale, algún nunca sí que esconden, pero piadoso, como tu sonrisa, que por cierto, te quedaba genial con esos vaqueros.

"He mentido muchas veces por muchas cosas. Pero por lo más bonito que he mentido ha sido por un beso. Tal vez por unos cuantos besos y tal vez he mentido más de una vez por tus labios. No sé.
Yo creo que creer que el amor es bonito es creer que el suicidio es bonito. Pero el suicidio interno, claro. Y por eso me encanta tu caos. Y el desastre que me produce.
Yo soy de los que piensan que más vale una sonrisa triste que tres mil miradas bajas, aunque sean tus ojos. Ven a ser mis ojos verdes, aunque sean sólo 10 minutos.
Y a lo mejor te debo tres mil razones para que permanezcas aquí. Pero tú me debes tres mil una para saber por qué yo sigo estando (sin ti). Y a lo mejor se te hace extraño vernos juntos, pero te juro que es lo mejor que le ha pasado al mundo. Y, quizá, se te hace raro mirarme y encontrar más razones para vivir que para no hacerlo. Más razones para quedarte que para decir adiós.Más razones, ya sabes, que razones tengo demasiadas por las que quererte y tú demasiadas para olvidarme."  Y viceversa.


Los detalles escritos en papel no serán con el paso del tiempo más que un precioso recuerdo, pero es impresionante como un simple olor puede hacerte recordar tanto a una persona.

María Hernández

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